Por tres días consecutivos, el Centro de Eventos Puerta de Oro en Barranquilla se transformó en un vibrante punto de encuentro para más de 80 marcas del país, gracias a la primera edición de la Feria AMA, Arte Manual Ancestral.

Con respaldo de la Gobernación del Atlántico y otras entidades del Caribe, AMA no solo exaltó el talento artesanal, sino que permitió a los visitantes experimentar un recorrido por la tradición, la creatividad y el diseño del caribe.

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Y aunque fueron muchas las regiones que dijeron presente, dos departamentos captaron especialmente la atención de quienes recorrían los pasillos de la feria: Córdoba y Sucre. Ambos llegaron con propuestas que, más allá de lo comercial, contaron historias del territorio y su gente.

Desde Córdoba llegó una colección que “voló alto”. Bajo el concepto 'Entre Alas', este departamento trajo a la feria una serie de piezas artesanales inspiradas en las aves propias de su biodiversidad. Palmas de seje, caña flecha y madera tallada fueron las materias primas protagonistas en este homenaje a la naturaleza.

“Esta experiencia ha sido increíble, hemos tenido muchísimos visitantes en nuestro stand y la acogida ha sido maravillosa”, expresó Daniela Uccelli, miembro de Córdoba Artesanal, a Zona Cero, destacando la emoción de representar al departamento en un evento de esta magnitud.

Cada creación expuesta hablaba de identidad. Las alas de un ave tallada, los tejidos con caña flecha y las formas inspiradas en el vuelo capturaban la atención y provocaban admiración.

“Nuestro producto insignia es la palma de seje, una fibra que solo se encuentra en Córdoba y que es parte de nuestra herencia artesanal”, explicó Uccelli.

Sucre: tradición tejida con identidad

El recorrido por AMA también llevó a los visitantes hasta Sucre, representado con orgullo por la marca "Sucre hecha a mano", una propuesta que reunió a artesanos de diversos municipios del departamento, como Morroa, Toluviejo y Sampués.

En su stand, los colores, las texturas y los sabores contaban historias transmitidas de generación en generación.

“Estamos mostrando lo que sabemos hacer desde nuestras raíces, todo hecho a mano, todo con amor”, dijo Anilin Mesa, artesana tradicional de Morroa, quien conversó con Zona Cero mientras mostraba piezas elaboradas en caña flecha, iraca, hilo de algodón, barro y mármol.

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La diversidad de Sucre se manifestó en cada detalle: sombreros tejidos, camisas bordadas, hamacas, tapetes, morteros en mármol, piezas de alfarería y hasta delicias gastronómicas como la bolita de leche, las conservas de plátano y la tradicional crema de ajonjolí.

“La calidad de nuestras fibras y la variedad de oficios que manejamos es lo que nos diferencia. Aquí se siente el corazón del Caribe”, señaló Mesa.

En su propuesta no solo se resaltó la estética, sino también la sostenibilidad, el respeto por las técnicas ancestrales y el trabajo comunitario detrás de cada pieza. “Invitamos a todos a conocer lo que Sucre tiene para ofrecer: talento, tradición y cultura viva”, añadió.

En ese sentido, desde las aves de Córdoba que inspiraron piezas únicas hasta las manos de Sucre que moldearon lo cotidiano en arte, esta feria demostró que cuando las regiones se encuentran, el país entero gana en diversidad, belleza y orgullo cultural.